¿Dónde está la diferencia?

Reconocer que cada persona se desarrolla de manera diferente a partir de sus experiencias y la interpretación de estas, es lo que Educación Relacional promueve que los estudiantes son únicos diversos y en permanente cambio, esto contemplado desde el principio del respeto profundo.

Te compartimos algunas estrategias que llevan a valorar la diferencia,  contribuyendo en los procesos de aprendizaje y de desarrollo emocional del estudiante.

1. Establece canales asertivos que orienten el proceso de manera conjunta. Ejemplo: busca espacios de reflexión sobre los factores que puede mejorar el estudiante frente a sus actividades, reconoce sus avances sin emitir juicios de valor que lo desmotiven.

2. Reconoce los intereses del estudiante buscando su vinculación con los planes de aprendizaje (temas). Ejemplo: el tema de física de movimiento parabólico lo puedes relacionar con los tiros libres en fútbol si este es un tema de su interés, vincular actividades que generen un aprendizaje más visual como ver videos, películas, entre otras.

3. Destaca desde su particularidad las acciones que hacen evidente su potencial. Ejemplo: “Felicitaciones, hiciste un muy buen trabajo con los cobros de tiros libres, ahora necesitas trabajar más en el cabeceo”, “Felicitaciones, terminaste tu tarea antes de tiempo, logrando dedicar tiempo a actividades personales”.