Los niños “imposibles”
En la cotidianidad, los docentes siempre se enfrentan a estudiantes que incumplen la normatividad, demostrando una actitud desafiante o en los que su avance académico es diferente al esperado.
Ante la existencia de estas situaciones, Educación Relacional orienta las relaciones de la escuela, teniendo en cuenta que el diálogo debe presentar ciertas características que se basen en el principio del respeto y mejora la interacción con los estudiantes.
A continuación, te presentamos algunas de estas características:
1. Revisa creencias y prejuicios que se hayan construido en torno a la relación con los estudiantes. Puedes preguntarte: ¿Cuáles situaciones mantienen estas ideas? ¿Por qué se siguen fomentando? ¿Cuál es la postura de la institución frente a esta situación? y ¿Cuáles medidas ha tomado la institución para evitarlas?
2. Genera empatía identificando las motivaciones, necesidades y potencialidades que presentan los estudiantes para establecer puntos en común. Puedes preguntarte: ¿Identifico los factores contextuales que afectan a mis estudiantes? ¿Involucro el rol de la familia en las interacciones pedagógicas con mis estudiantes? ¿Cuáles son las acciones que implemento desde el currículo para abordar estas situaciones?
3. Presta atención a los rasgos comunicativos que presentan los estudiantes. Puedes preguntarte: ¿Cómo se propician interacciones más asertivas? ¿Cuál es la forma de participación social más adecuada para cada uno de tus grupos? ¿Promuevo la apertura a la aceptación del pensamiento de los estudiantes?
Cuando los estudiantes se sienten respetados, todo lo imposible se vuelve posible.
