Hábitos en familia para un buen desarrollo emocional

Hábitos emocionales saludables es el camino hacía la autonomía

 

En este tiempo de cuarentena, es importante que logremos conectar nuestros hábitos con la calidad de vida que deseamos tener y el desarrollo de habilidades blandas. Por ello, ¿Cómo podemos hacer un proceso para reconocer los hábitos que ayudan a nuestros hijos y que nosotros como padres podemos guiar?

 

Esta pregunta nos puede hacer reflexionar sobre la manera en que construimos las relaciones con nuestros hijos y cómo ellos desarrollan hábitos emocionales saludables. Podemos reconocer qué comportamientos se repiten continuamente y crear estrategias para potenciarlos o, por otro lado, para interrumpirlos. Para lograrlo, desde la Educación Relacional podemos tomar como base los siguientes pasos:

 

  1. Realizar un ejercicio de observación y auto-observación para identificar los hábitos tanto de nuestros hijos como los nuestros, y definir si son para potenciar o para descontinuar.
  2. Percibir en qué situaciones se dan esos hábitos.
  3. Definir acciones puntuales que permitan empezar a potenciar un buen hábito o a desestimular los hábitos que no aportan, pero si obstruyen el proceso de aprendizaje.

 

Con la finalidad de hacerlo más tangible, ponemos como ejemplo uno de los malos hábitos que tenemos como padres: al mirar el móvil en lugar de mirar a nuestros hijos y contribuir a ser unos padres ausentes, por lo cual, en un primer momento, debemos determinar el tiempo de calidad que le vamos a brindar a nuestros hijos.

 

Esto conlleva que la atención este centrada en ellos y en ver las formas para ayudarles en su pleno desarrollo. Por consiguiente, en el momento de estar con ellos, podemos dejar el celular a un lado, solo para usar en caso de emergencia y brindarles tiempo de calidad. Esto puede que en un principio nos cueste, pero podemos empezar con periodos de tiempo cortos para ir aumentándolos.

 

Tomemos otro ejemplo de un hábito emocional inadecuado: la baja tolerancia a la frustración en nuestros hijos. Debemos poner atención en qué momento se da y tomar ciertas actitudes como ignorar las rabietas, ayudarle a hacer y reflexionar junto con él acerca del esfuerzo, del tiempo y dedicación que se requieren para ciertos resultados, que le permita tomar conciencia del proceso y crear metas alcanzables gradualmente. Asimismo, le permitirá realizar planeaciones y reflexionar junto con nosotros en el proceso para ver que ajustes se deben realizar.

 

Ahora bien, en caso contrario que nuestros hijos ya tengan ciertos hábitos emocionales saludables, podemos potenciarlos a través de la reflexión y la toma de decisiones por parte de ellos. Toda esta construcción de hábitos será un insumo que nos permitirá sentar las bases para desarrollar la autonomía y el proyecto de vida de nuestros hijos. Recuerda que eres una fuente de ejemplo para ellos, y que siempre puedes buscar información y consejos para ayudarles en su crecimiento.

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