La crisis en el talento: el divorcio entre educación y empleo

Un estudio de ManpowerGroup en 43 países mostró que el 69% de las empresas tiene dificultades para cubrir sus vacantes, debido a la escasez de personas con las habilidades para la economía del siglo XXI. Este número aumentó a 75% en el 2022, así que estamos viviendo una verdadera crisis de talento que crece con los años y se expande en países pobres y ricos.  

Fuente: Manpower Group

 

A medida que la economía y la vida humana irreversiblemente se vuelve más tecnológica, las habilidades más demandadas por las empresas son: la confiabilidad y autodisciplina; el razonamiento y la resolución de problemas; la creatividad y originalidad; capacidad de tomar la iniciativa; colaboración y trabajo en equipo (ManpowerGroup, 2022). La ausencia creciente de talento debido a la escasez de estas habilidades podría hacer que miles de millones de personas queden por fuera del mercado laboral, convirtiéndose en la generación de irrelevantes sociales (Harari, 2018).

Esta tendencia casi distópica contrasta con indicadores positivos en el acceso a educación. Países de ingresos altos como Alemania, Australia y Estados Unidos, tienen tasas de matriculación escolar cercana al 100% desde antes de iniciar el siglo XXI. Y países de ingresos medio altos como Argentina, Brasil, Colombia y Ecuador han aumentado su cobertura de forma sostenida.  

Otro indicador positivo es la tasa bruta de matriculación mundial en educación superior, que casi se duplica en 20 años (UNESCO, 2020) pasando de 19% a 38% en el periodo 2000 – 2018. En Europa y Norteamérica mejoró de 55% a 77% y en América Latina de 23% a 52%.

Nuestro sentido común nos indica que, si aumenta el acceso a educación primaria, secundaria y universitaria, debería aumentar el talento acumulado en la sociedad. Sin embargo, esta correlación no se materializa cuando existe un divorcio entre la educación y las necesidades socioeconómicas de la humanidad.

Por ejemplo, hoy los grandes desafíos mundiales exigen que las personas tengan iniciativa ante situaciones de incertidumbre como las pandemias, la inflación mundial, recesión económica, disrupción tecnológica, crisis climática y cambios políticos, pero tanto en el colegio como la universidad, los estudiantes mantienen un rol pasivo, que les impide aprender a dar el primer paso para explorar la solución a un problema. Igualmente, las migraciones, la diversidad cultural y el trabajo virtual globalizado, exige que las personas sean capaces de cooperar, trabajar en equipo y comunicase asertivamente. Asimismo, los desafíos de la inequidad social, las amenazas a la democracia y las fake news, requieren de nuevas generaciones capaces de resolver problemas, de razonar con evidencia y de pensar críticamente, pero los estudiantes se encuentran la mayor parte del tiempo intentando memorizar, repetir respuestas o transcribir información.    

Aunque se ha aumentado la cobertura, la educación no está garantizando que las nuevas generaciones desarrollen las habilidades para encontrar mejores oportunidades de calidad de vida en un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo. Por ello, debemos evolucionar hacia una educación pertinente con los desafíos del siglo XXI. Es decir, ir más allá del acceso universal a cualquier tipo de escolaridad, focalizando los esfuerzos en una educación universal que fomenta las habilidades para tener bienestar personal (físico y emocional), social y profesional.

Teniendo en cuenta que las transformaciones a nivel país son lentas, principalmente en el campo educativo, una solución factible que está en manos de las familias, de los educadores, colegios y universidades, consta de 4 elementos:

  1.  Acoger en las metas curriculares las habilidades del siglo XXI: existe ya un marco concreto de referencia para comprender estas habilidades (UNESCO, 2021), tales como: la apertura y adaptabilidad, curiosidad y perseverancia, resolución de conflictos, autoconfianza (según National Research Council); control de impulsos, motivación al logro, empatía, evaluación, toma de perspectiva, compromiso (según CASEL); reflexión y análisis, fijación de metas, confianza, conciencia de sí mismo, negociación, establecer redes de contacto (según UNICEF).
  2.  Educar estudiantes autónomos: ya que la autonomía es la base de cada una de las habilidades del siglo XXI, el mundo actual necesita de estudiantes protagonistas de su educación, que saben identificar lo que deben aprender, que se comprometen consigo mismos, que planifican y ejecutan estrategias para alcanzar metas, que saben tomar decisiones teniendo en cuenta las circunstancias, que se evalúan objetivamente y que no dejan de aprender a lo largo de la vida. Además, el estudiante autónomo es un coequipero de los docentes para alcanzar resultados inimaginables.
  3.  Implementar un proceso de desarrollo profesional continuo para los docentes: una meta en el corto plazo debería ser que los docentes enriquezcan sus estrategias para desarrollar las habilidades del siglo XXI, para fomentar el potencial de los estudiantes y su autonomía.
  4.  Formar líderes educativos con visión de futuro: los directores deben saber leer las tendencias mundiales, anticiparse a las necesidades educativas, involucrarse en los procesos pedagógicos cotidianos donde aparecen los desafíos y centrarse en el desarrollo de su equipo de trabajo.

Una de las grandes conclusiones de Learning One to One después de varias décadas fomentando la innovación educativa, es que cualquier colegio y universidad pueden dar los pasos pertinentes para ofrecer una educación del siglo XXI, aprovechando sus fortalezas y gestionando sus restricciones, como ya lo han hecho decenas de instituciones y miles de docentes, quienes están recorriendo un sólido camino para que sus estudiantes desarrollen el talento necesario para construir calidad de vida en un mundo desafiante.

 

Eduardo Yepes Salgado

Director de Alianzas e innovación en Learning One to One

Consultor en innovación educativa

Formador de docentes

 

Bibliografía

Banco Mundial. (2020). Atlas of Sustainable Development Goals. Obtenido de https://datatopics.worldbank.org/sdgatlas/es/goal-4-quality-education/

Harari, Y. N. (2018). 21 lecciones para el Siglo XXI. Santiago: Penguin Random House Grupo Editorial.

ManpowerGroup. (2022). Escasez Glogal de Talento. Obtenido de https://www.manpowergroup.com.ar/investigaciones/Escasez%20de%20talento%202022

UNESCO. (2020). Hacia el acceso universal a la educación superior: tendencias internacionales. Paris.

UNESCO. (2021). Evaluación de habilidades socioemocionales en niños, jovenes adolecentes de América Latina.

UNESCO. (2021). Evaluación de habilidades socioemocionales en niños, jovenes y adolescetes en America Latina. Santiago: LLECE.

 

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