Pensar en voz alta: una estrategia para desarrollar la autonomía

Constantemente nos damos instrucciones para ejecutar tareas cotidianas, por ejemplo, cuando vamos de compras repetimos en voz alta y no escribimos una lista, lo que permite estar más centrados en la tarea. Esta habilidad de autorregulación puede ser orientada en los estudiantes como apoyo en la toma de decisiones y en el establecimiento de rutinas.

Educación Relacional te brinda las siguientes pautas para usar efectivamente esta estrategia en los momentos del día:

  1. Para la organización de la planeación, lee en voz alta las actividades propuestas en el plan de aprendizaje y apóyate de estas preguntas para garantizar el alcance de la meta. Ejemplo: ¿Qué tengo que hacer? ¿Qué he entendido? ¿Cuál es la instrucción para desarrollar la actividad? ¿Qué datos tengo?

 

  1. Desarrollo de actividades. Como acompañante del proceso analiza junto al estudiante las tareas por hacer y solicita que verbalice las acciones mediante las siguientes preguntas: ¿Cuáles son los pasos a seguir? ¿Cuál es el primer paso? ¿Cuál es el paso siguiente? Luego, acompaña a que evalúe el avance en la ejecución de la tarea a través de estas acciones: verificar los pasos de la actividad para estar seguro de haberlo realizado en orden y comprobar si el resultado es lógico de acuerdo con la instrucción.

 

  1. Cierre. Con las siguientes frases, motiva en el estudiante el refuerzo positivo al finalizar una tarea: ¡Me está saliendo muy bien!, ¡Ahora, mucho mejor!, ¡Hace cinco minutos que no me levanto de la silla!, ¡Lo he conseguido por mí mismo!, ¡He descubierto el error y lo he corregido: fantástico!
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