Leer en tiempos de virtualidad

Como desarrollar hábitos de lectura eficientes con la tecnología 

Maryanne Wolf, autora del libro:” Lector, vuelve a casa”, evidencia que nuestras relaciones con la lectura han cambiado por efecto de la tecnología, hasta incluso, provocar que lectores fieles hayan visto alterada su capacidad de concentración (Wolf, 2020).

Si esto sucede con lectores ávidos ¿qué estará sucediendo con la capacidad cognitiva de los niños y jóvenes en la actualidad? Recordemos que la era digital permite ahora, más que nunca, que personas de todas las edades sean lectoras ¿la evidencia? La reacción mediática a chats, comentarios en foros de páginas de entretenimiento o de influencers, tweets, fake news, entre otras formas de texto que impulsan los patrones de conducta de nuestra sociedad. Todas estas plataformas muestran que sí hay hábitos de lectura. Pero ¿cómo logramos que la lectura no se limite a este tipo de textos?

A continuación, te presentamos algunos tips para que esta habilidad del lenguaje se conecte con la industria cultural que es la que está generando las pautas de comportamiento y se vuelva una práctica más profunda.

  1. ¿Qué tal un inventario de libros, revistas, folletos o cualquier material bibliográfico que haya en el hogar? Esta puede convertirse en una actividad familiar y un buen pretexto para interesar a los niños y jóvenes en la diversidad de tipos de texto. Así mismo, puedes aplicar este recurso a los dispositivos, creando una cibergrafía a la que todos los miembros de la familia o de un grupo académico, puedan aportarle sus gustos e intereses lectores. Lo más importante, no fuerces el momento para esta construcción.
  2. En el caso de los educadores, pide a tus estudiantes que representen gráficamente las lecturas que hacen. No limites tu evaluación a tareas de escritura o a organizadores gráficos. Si el trabajo virtual te lo permite, usa herramientas de encuentro como Zoom, Google Meet y Microsoft Teams, Youtube y Facebook, para postear accesos a libros, promover conversatorios, bibliotecas virtuales, etc. Estas plataformas son muy llamativas para los estudiantes de esta época.
  3. Para incentivar la motivación personal hacia la lectura, esta debe conectarse con el entorno. Aprovecha los acontecimientos que son noticia y crea situaciones que pueden ser resueltas desde la diversidad de textos encontrados en la web.
  4. En la primera infancia, deben arraigarse hábitos que potencien las capacidades mentales y físicas, por esto, la práctica de lectura debe comenzar a una edad muy temprana, ofreciendo posibilidades diversas como textos ilustrados y lectura en voz alta de arte de los adultos cercanos; en los niños de 9 años en adelante y en jóvenes, se puede optar por textos que si bien, no pertenecen a la literatura que concebimos como “universal”, sí facilitan la motivación intrínseca y crean el puente para que en edades avanzadas, se adquieran hábitos de lectura.
  5. Aproveches de todos los recursos, por superficial que parezca, hasta las conversaciones de WhatsApp son textos y están repletos de significado. Puedes generar compromisos diarios de lectura, en la disciplina de tu casa o de tu escuela, que empiecen por frases célebres y que terminen en párrafos más extensos. Esta dinámica favorece el debate y más, si los textos escogidos derivan de intereses personales de los niños y jóvenes.
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