Educación Relacional promueve el establecimiento de prioridades y toma de decisiones y procesos de conocimiento y evaluación de sí mismo como estrategias didácticas para definir acciones que potencian el desarrollo de habilidades.
Proponemos cuatro acciones para enriquecer el proceso evaluativo con el propósito de mejorar continuamente:
1. Capacidad para adquirir valores y demostrar actitudes que transforman ideas en acciones. Ejemplo: proyectar metas a corto plazo para verificar el avance hacia un objetivo macro.
2. Capacidad para prever, planificar, organizar y priorizar las tareas a realizar en los diferentes ámbitos de la vida. Ejemplo: elaborar un horario especificando las tareas y tiempos de ejecución y que impliquen mejoras en situaciones de la vida cotidiana.
3. Capacidad para identificar los elementos que permiten reconocer y socializar las propias capacidades, evaluando los límites y posibilidades en cualquier contexto. Ejemplo: el estudiante elige la herramienta (debate, vídeo, podcast, etc.) para dar cuenta de su comprensión ante una situación.
4. Capacidad para identificar, analizar y controlar las emociones generadas en situaciones académicas o cotidianas, definiendo estrategias para afrontarlas de la mejor manera. Ejemplo: analizar el estilo de aprendizaje del estudiante para personalizar desde sus gustos e intereses actividades que propicien su motivación intrínseca.
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