¡Mejora tu poder de argumentación!

Todo proceso de reflexión conlleva a la autoevaluación para que descubras cómo eres y la manera en que te desenvuelves en comunidad.  Educación Relacional recopila elementos para que te analices y enriquezcas tu desarrollo argumentativo. Te mostramos cómo identificar sesgos cognitivos en tu forma de plantear argumentos y corregir algunos procesos:

1. Reconoce los sesgos cognitivos: estos son abreviaciones del aprendizaje que construyen una percepción inmediata de la realidad y nos brinda certidumbre de lo que argumentamos. Sin embargo, llegar a conclusiones automáticamente en ocasiones puede ser irracional. Por ejemplo: el sesgo de confirmación indica la tendencia a recordar y encontrar información que reafirme nuestra percepción y opiniones.

2. Identifica si has caído en algún sesgo: generalmente este ejercicio se lleva a cabo después de una larga conversación en la que has argumentado tu posición. Es entonces cuando puedes detenerte y pensar lo siguiente sobre los argumentos que mencionaste: ¿Cuál puede tener un sesgo cognitivo?, ¿Cuáles sesgos cognitivos son claros para mí? ¿Los reconozco fácilmente en una conversación argumentativa? Por ejemplo: cuando confirmas una teoría de la conspiración basándote en escasas pruebas mientras ignoras las que controvierten tu idea.

3. Ponte como objetivo no caer en sesgos cognitivos: ahora que conoces algunas preguntas que te permiten identificar los sesgos argumentativos, puedes aplicarlas en cualquier momento, incluso en charlas con tus amigos o tan solo usarlas en momentos en los que seas un ponente. Por ejemplo: recuerdo que acepté la propuesta de esa participante, pero ahora no encuentro lógica en su razonamiento.

¡Practica estos pasos para argumentar mejor!