¿Cómo promover la resiliencia entre nuestros estudiantes?

Educación Relacional promueve procesos de aprendizaje que inciden en el desarrollo integral de las personas. Gracias a la caracterización en autonomía dirigida a los estudiantes, pueden descubrirse carencias en su desarrollo de habilidades socioafectivas. Lo anterior lleva a las instituciones a construir rutas de atención que fortalezcan la capacidad de ser resiliente, contribuyendo a la superación de necesidades emocionales, sin dejar de lado el apoyo de otras instancias especializadas.  

A continuación, te presentamos tips para potenciar la capacidad de ser resiliente en los estudiantes desde el rol docente:

1. Conocer a profundidad el entorno del estudiante. El psicólogo francés Boris Cyrulnik, experto en resiliencia y apego, habla de “una constelación hecha de estrellas que ejercen fuerza directa en el desarrollo”. Debido a que alguna de las figuras de afecto y cuidado que necesita el estudiante pueden faltarle, se deben crear ambientes de aprendizaje que dediquen varios espacios a indagar por las dinámicas sociales y afectivas que viven los estudiantes fuera de la jornada escolar.

2. Evitar la revictimización del estudiante. Esto significa, actuar sobre unos protocolos de acción pedagógica que no repliquen el maltrato psicológico, físico o de cualquier tipo, ni que desvaloricen el evento traumático o que por el contrario, impidan que la persona pueda desarrollarse normalmente según su ritmo o su edad. Para esto es necesario actualizarse en normatividad y leyes que cobijen a la infancia y adolescencia.

3. Apoyar la participación de los estudiantes, en eventos culturales, científicos, deportivos, etc., creados por la institución o en convenio con otras entidades. Con estas actividades, se logra retomar el desarrollo fisiológico y mental, reuniendo condiciones de alta calidad para que su perspectiva o proyecto de vida se amplíen y generen nuevas metas.

4. Crear ambientes de aprendizaje en los que el arte y la imaginación, proporcionen un refugio que permita hallar un lugar común de cuidado, belleza y expresión, que no encontraron en el escenario que dio lugar al trauma o situación de crisis. Para esto, incluye en tus planeaciones actividades para el juego y la lúdica.