Cuatro acciones para desarrollar el hábito de organizar

Para identificar las prioridades de las actividades académicas, Educación Relacional promueve el hábito de organizar como parte del proceso autónomo que convierte al estudiante en protagonista del aprendizaje.

Acciones para lograrlo:

1. Organiza los recursos y el espacio: es importante revisar los cuadernos, carpetas y espacio de trabajo en casa para descartar objetos distractores, así como también planificar los tiempos que van a dedicar a esta organización. Ejemplo: programar 10 minutos al iniciar o finalizar la jornada.

 2. Organiza las actividades por orden de prioridad: clasifica el material que va a usarse en una carpeta acordeón o folder, usando el criterio de pasado, presente y futuro. Ejemplo: ¿Cuáles son los trabajos y actividades terminadas? ¿En cuál se está trabajando? ¿Qué no se ha finalizado?

 3. Organiza las ideas: este ejercicio requiere de la habilidad de categorización para evaluar el contenido que se va a desarrollar. Ejemplo: identificar ideas centrales y secundarias, de acuerdo a la edad y grado del estudiante para facilitar su comprensión.

4. Organiza las dinámicas de trabajo: propicia escenarios de aprendizaje en los que el juego sea una estrategia para motivar el aprendizaje significativo. Ejemplo: inicia con rutinas como clasificar objetos, palabras, animales y gradualmente incorpore sentimientos, emociones y experiencias.